¿Quién no se ha preguntado alguna
vez qué tendrá ese que todo lo que se propone consigue? Esta pregunta que nos
hemos formulado tantas veces es el mejor ejemplo de que envidiamos ciertas
actitudes de otros, sin darnos cuenta de que nosotros somos los responsables
últimos de nuestra forma de actuar, pudiendo ser los guionistas de nuestro destino. Debemos comenzar a esculpir esa imagen que desearíamos ser. Aunque se
trate de un camino costoso y complicado, no será imposible. Para ello, tendremos
que imaginarnos esa imagen mental deseada, creyendo que puede llegar a ser real
y vencer cuantos impedimentos encontremos por el camino, hasta su logro.
Teniendo fuerza y perseverancia para afrontar los fracasos y viendo en éstas
pequeñas derrotas oportunidades para el éxito, será la mejor manera de entender
la vida como un camino en el que mediante los errores aprendamos y nos hagamos más fuertes. No entender las derrotas como un final, sino como el comienzo de
un nuevo camino en el que poder contar con la experiencia de la partida anterior.
Entendiendo la vida como el juego de la oca, en el que la CASILLA 58, la muerte, no es el final, sino el comienzo de
algo nuevo.